Como las ecuaciones de la hidrodinámica son bastante complicadas, es conveniente, como en otros muchos ámbitos, definir variables sin dimensiones físicas. Esto conlleva una serie de ventajas:
El método más habitual es identificar en un problema estos parámetros relevantes:
En términos de estas variables, se pueden definir magnitudes sin dimensiones:
(2.12) |
Es interesante ver qué sucede con las ecuaciones de la hidrodinámica al usar estas magnitudes sin dimensiones. La ecuación de continuidad, (2.5), no cambia en absoluto al pasar a estas magnitudes. Es decir, la continuidad no se ve afectada por los parámetros del fluido.
La ecuación de Navier-Stokes en su forma más sencilla, (2.9), se transforma en otra casi idéntica en variables sin dimensiones, pero esta vez el término viscoso, en vez de un prefactor pasa a tener otro.
Esta expresión no tiene dimensiones; es tradicional definir más bien su inversa
el famoso número de Reynolds2.4. Por tanto, hemos identificado la combinación de parámetros que determina cómo de viscoso es un flujo. De hecho también se puede escribir
lo cual puede verse como un cociente entre las fuerzas inerciales (de arrastre) y las fuerzas viscosas.
Se pueden considerar estos límites:
Otro parámetro que se desprende de la ecuación sin dimensiones es el siguiente:
el número de Froude. Este número es importante siempre que la gravedad lo es. En particular, para fenómenos de superficie libre tales como olas y todo tipo de problemas navales, al menos para longitudes típicas superiores al centímetro. A escalas inferiores, la tensión superficial empieza a ser importante (y, finalmente, dominante); el número relevante es entonces el de Weber, .
Una descripción exhaustiva de todas la variables hidrodinámicas (algunas de ellas asociadas a condiciones de contorno) y los diversos números adimensionales que aparecen queda fuera de este trabajo, referimos de nuevo a textos canónicos como la Ref. [4].
Daniel Duque 2011-11-10