Los elementos finitos, definidos arriba, son funciones afines. Sus derivadas son, por tanto, algo patológicas: las primeras serán constantes a trozos (es decir, discontinuas) y las segundas similares a deltas de Dirac (nulas o infinitas, siendo poco rigurosos).
Una manera de regularizar estas derivadas es mediante un método de Galerkin; si bien este método es completamente general y puede emplearse con funciones de cualquier tipo. Nos centramos en las segundas derivadas, sobre todo el laplaciano por ser éste el término que suele ser más delicado en las ecuaciones.
Por ejemplo, tomemos la ecuación de Poisson:
En el ámbito de las ecuaciones en derivadas parciales, se suele conocer el término de fuente
Lo interesante de la idea de Galerkin de reformular el problema en forma débil queda claro si se escribe:
El integrando es el error:
Si ahora las funciones anteriores se aproximan por
el problema acaba reduciéndose a
Si ahora aplicamos el teorema de Gauss, despreciando el término de borde (lo cual debe ser debidamente justificado y quizá modificado cerca de las fronteras del dominio):
donde la matrix de rigidez es
y la matrix de masas es
Esta es la formulación habitual del método de Galerkin donde, como se ha dicho, se debe resolver el problema de álgebra lineal
para obtener
En nuestra implementación (sección 5.3) el problema es el inverso, más sencillo. Además, planteamos el problema de una manera algo distinta: si definimos el valor de cualquier función en un nodo como
(la división es necesaria para normalizar las funciones peso, si es que no lo están, de tal modo que se cumpla consistencia de orden cero). En este caso, la forma débil pasa a ser
El argumento sigue el mismo cauce, pero la ecuación final es
donde la ``matriz'' de masas sería simplemente diagonal, con elementos
Daniel Duque 2011-11-10